Con la apertura de las tiendas y los establecimientos en el desconfinamiento, la desinfección se ha vuelto un tema prioritario. Entre todas las medidas de seguridad que se han venido implementando, las máquinas de ozono han cobrado fuerza como método contra el coronavirus, pero ¿es un método seguro y eficaz?
Lo cierto es que el ozono puede ser potencialmente tóxico y su eficacia contra la COVID-19 no está probada.
El ozono se lleva utilizando en la desinfección de aguas y en la industria desde hace muchos años, pero no está claro que ese poder desinfectante se pueda aplicar en los locales y establecimientos abiertos al público.
De hecho, el Ministerio de Sanidad no lo incluye en su lista de virucidas autorizados en España, donde sí encontramos a los más clásicos, como la lejía, el agua oxigenada o el alcohol, de cuyos beneficios en este sentido os hemos venido hablando estos meses.
El ozono no solo puede resultar poco eficaz para acabar con el coronavirus, sino que puede llegar a ser perjudicial para las personas, por lo que debe utilizarse bajo unas estrictas medidas de seguridad.
– No usarse en presencia de personas
-Deben manipularse con EPIS.
-Se deberá ventilar adecuadamente el lugar desinfectado antes de su uso.
-Puede producir reacciones químicas peligrosas al contacto con otros productos químicos.
En resumen, aunque su uso no está prohibido, no se aconseja el uso de máquinas productoras de ozono como medida preventiva del coronavirus.
Lo más eficaz sigue siendo desinfectar a mano los objetos y superficies con productos cuya eficacia está demostrada, como la lejía y el jabón.